by Diversamente
En un aula bulliciosa, abordar las diversas necesidades de aprendizaje de todos los estudiantes puede ser abrumador y complicado. Puede ser aún más desalentador cuando también se le asigna la tarea de implementar adaptaciones y modificaciones de instrucción en los programas educativos individualizados (IEP) de sus estudiantes.
Estos son los principios más importantes para recordar al implementar adaptaciones y modificaciones para sus estudiantes.
Tenga en cuenta que las adaptaciones y modificaciones no son términos intercambiables. Una adaptación tiene como objetivo alterar la forma en que los estudiantes acceden y aprenden el mismo material que sus compañeros, sin disminuir las expectativas académicas. Por otro lado, una modificación implica cambiar y ajustar lo que se enseña a los estudiantes o lo que se espera de ellos en términos de resultados de aprendizaje.
Horarios diarios
La transición entre tareas y actividades puede ser un desafío para los estudiantes de todo el espectro autista. Por lo tanto, es crucial tener un horario de clases diarias que describa las diferentes categorías de actividades para el día. Un horario detallado ayudará enormemente con transiciones suaves entre el aula, el comedor, el patio de la escuela y otros destinos a lo largo del día.
Ayudas sensoriales
Un porcentaje significativo de niños con autismo (hasta el 95%) luchan por regular su sistema sensorial, comúnmente conocido como trastorno del procesamiento sensorial.
Por lo tanto, las ayudas sensoriales, o inquietud, pueden ayudar a aliviar el estrés resultante y mejorar el enfoque de los niños autistas mientras navegan por un ambiente de aula ocupado.
Los fidgets empoderan a estos niños para autorregular sus emociones y mantenerse enfocados en la tarea, incluso cuando las distracciones compiten por su atención. Para muchos niños que se involucran en comportamientos repetitivos, tener un inquieto en la mano o debajo de los pies puede ayudarlos a manejar sus movimientos típicos.
Hay varios tipos de ayudas sensoriales que son adecuadas para las aulas, como bolas de estrés, toppers de lápices, rompecabezas de enredos, arcilla, cojines de ondulación, almohadillas de regazo pesadas, bandas de sillas y rodillos para pies. Dado que los fidgets son agradables pero discretos, pueden ponerse a disposición de todos los estudiantes para evitar que alguien se sienta señalado o excluido.
Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) que tienen un sentido táctil que responde demasiado pueden exhibir reacciones emocionales negativas a ciertas texturas de sólidos y líquidos, así como contacto intencional o accidental. Estos estudiantes pueden participar en comportamientos de evitación sensorial hacia personas, situaciones, tareas y actividades que desencadenan ansiedad (Killoran, 2004; Myles y otros, 2000; Murray, et al., 2009). Proporcionar asientos preferenciales dentro del aula, como mantener la distancia de otras personas que pueden causar inadvertidamente un toque angustiante, puede ser útil para estos estudiantes (Murray, et al., 2009). Al hacer fila para el recreo u otras actividades, los educadores pueden asignar a estos estudiantes al final o al frente de la fila para minimizar las oportunidades de contacto no deseado (Howe, et al., 2004; Killoran, 2004).
Los principios del Diseño Universal para el Aprendizaje (UDL) abogan por proporcionar múltiples herramientas para la expresión, la comunicación, la composición y la construcción en aulas inclusivas (CAST, 2011).
Una de esas estrategias es el Entrenamiento de Integración Auditiva (AIT), que consiste en escuchar música filtrada electrónicamente a través de auriculares para remediar las hipersensibilidades auditivas (Baranek, 2002; Case-Smith y Arbesman, 2008; Dawson y Watling, 2000). La música grabada se personaliza de acuerdo con las necesidades individuales y se puede mantener en el aula para su uso cuando la sobre-respuesta sensorial alcanza su punto máximo.
Además, las adaptaciones que amortiguan el sonido, como colocar pelotas de tenis en las patas de las sillas, usar alfombras en el piso y usar cubiertas de ventilación, pueden ser útiles para reducir los ruidos de fondo en el aula (Myles et al., 2000; Murray y otros, 2009; Yack y otros, 2002).
Los horarios visuales también pueden ayudar a los estudiantes que responden en exceso a los estímulos a centrar su atención en la tarea en cuestión (Case-Smith & Arbesman, 2008; Humphrey, 2008). Estas adaptaciones ambientales pueden beneficiar no solo a los estudiantes con TEA, sino también a todos los estudiantes en un aula inclusiva al minimizar las distracciones sonoras y visuales.
Para los estudiantes con sensibilidades vestibulares, proporcionar opciones de asientos seguros en el aula es importante debido a sus dificultades con el equilibrio. En lugar de asientos tradicionales, los educadores deben considerar formas alternativas de asientos, como sillas de bolsas de frijoles que se ajusten al cuerpo del estudiante.
Por otro lado, los estudiantes con TEA que no responden suficientemente a la entrada vestibular pueden requerir oportunidades regulares para el ejercicio físico y la estimulación (Baranek, 2002; Yack y otros, 2002). Las rutinas diarias y las adaptaciones en el aula, como las pausas sensorio-motoras o las pausas de movimiento, pueden mejorar la capacidad de atención, las habilidades sociales y el rendimiento laboral (Howlin, 2005; Murray et al., 2009), y estos pueden incorporarse a la rutina diaria de actividad física en la que se debe alentar a todos los niños a participar. El uso de pelotas de terapia en el aula, en las que los estudiantes pueden rebotar para estimular el sistema vestibular, es otra estrategia que también puede beneficiar a otros niños en el aula inclusiva (Howlin, 2005; Wong Bonggat y Hall, 2010).
Rincón tranquilo
Las aulas están llenas de distracciones que los estudiantes con autismo a menudo encuentran difíciles de bloquear. El sonido de las sillas raspando el piso, los estudiantes moviéndose, los anuncios de intercomunicador, las luces parpadeantes y las campanas de la escuela pueden ser distracciones molestas que son casi imposibles de ignorar para los niños con autismo. Incluso los olores fuertes pueden abrumar los sentidos y dominar las mentes de los estudiantes que son sensibles a tales estímulos. Estas distracciones pueden llegar a ser abrumadoramente agotadoras para el sistema sensorial, particularmente a medida que avanza el día, lo que lleva a colapsos. Para evitar la sobrecarga sensorial, los maestros pueden crear un rincón tranquilo en un área de poco tráfico del aula, proporcionando a los estudiantes un lugar para escapar del constante aluvión de ruido y estimulación visual. Este rincón debe ofrecer un lugar cómodo para que los estudiantes descansen y permitan que su sistema sensorial se calme. Los auriculares o tapones para los oídos con cancelación de ruido, las máscaras para dormir y las mantas pesadas pueden ayudar a los estudiantes a superar la sobrecarga sensorial y prepararse para reanudar el proceso de aprendizaje con un enfoque renovado.
Descansos estructurados
Los maestros pueden mejorar en gran medida el día escolar para los estudiantes con autismo mediante la incorporación de descansos regulares en el horario. Permitir un breve descanso de cinco minutos cada hora puede proporcionar un tiempo muy necesario para la transición entre tareas y la recuperación de las demandas del entorno del aula. Además, los descansos deben estar disponibles según sea necesario para permitir que los estudiantes con autismo aprendan a reconocer las señales internas y tomen las medidas apropiadas para regularse. Sin un número adecuado de descansos a lo largo del día, los estudiantes pueden ser más susceptibles a las crisis debido a la sobrecarga sensorial y la fatiga por tratar constantemente de autorregularse. Los descansos guiados también ofrecen una oportunidad para que los estudiantes descubran qué actividades durante el tiempo de descanso les proporcionan el mayor beneficio. Algunos estudiantes que buscan estimulación sensorial pueden preferir escuchar música, mientras que otros que se sienten abrumados pueden beneficiarse de trabajar silenciosamente en un rompecabezas.
Medios alternativos
Los estudiantes con autismo a menudo tienen dificultades con los estilos de aprendizaje visual o auditivo. Los maestros deben proporcionar múltiples opciones para que los medios se adapten al estilo de aprendizaje específico de cada niño. Para los estudiantes visuales, una combinación de literatura, videos, imágenes y gráficos puede transmitir efectivamente la información de la lección. Por otro lado, los estudiantes auditivos pueden requerir cintas de audio o grabaciones de la información escrita para la lección. Para los estudiantes que luchan con los estilos de aprendizaje visual y auditivo, se pueden proporcionar herramientas táctiles para transmitir información. Las herramientas táctiles pueden incluir tarjetas didácticas, juegos de mesa, blocs de notas, juegos de computadora y proyectos de manualidades. Si bien puede ser beneficioso para los estudiantes probar diferentes tipos de medios de vez en cuando, el mejor progreso a menudo se hace cuando se usa el estilo de aprendizaje preferido del niño.
Es importante tener en cuenta que, si bien el contacto visual puede ser útil, no es esencial, y los educadores deben tener en cuenta las diferencias culturales y las preferencias individuales. Algunos niños pueden encontrar incómodo o doloroso el contacto visual prolongado, y las estrategias alternativas, como dirigir la atención a la barbilla, la nariz o la frente, pueden ser más apropiadas cuando se trata de interactuar con los estudiantes (Howlin, 2005).
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