¿Tiene colegas/amigos autistas y quiere entender mejor cómo puede mejorar su relación? Es importante, en primer lugar, darse cuenta de que todos los autistas son diferentes y que a menudo pueden tener más o menos dificultades para hacer y mantener amistades. Por lo tanto, parte de esta información puede ser válida para algunos autistas y no tanto para otros. Es importante, antes de pensar en estrategias de ayuda, conocer y respetar las características individuales de cada uno.

– Las personas autistas pueden no saber qué decir en determinadas situaciones. Aunque tengan el deseo de entablar un diálogo, puede que no sepan exactamente por dónde empezar. Además de las dificultades de comunicación e interacción, hay otros factores que pueden interferir en el inicio de una conversación. Si esto ocurre, puedes intentar ayudar entrenando con la persona algunos ejemplos de temas de conversación, o ser tú quien inicie el momento de la interacción, haciendo una pregunta, por ejemplo. Es importante respetar siempre el tiempo y el espacio de cada uno, mostrándose abierto y paciente.

– Muchas personas con espectro pueden tener dificultades para comprender el lenguaje corporal, las expresiones faciales y los gestos. Algunos signos sociales que demuestran amistad o incluso un interés romántico pueden ser sutiles o pasar desapercibidos. Las personas neurotípicas están acostumbradas a mostrar interés a través de sonrisas, miradas, caricias… La persona autista puede ser vista como una persona fría o poco interesada en entablar relaciones, pero en realidad, no corresponde a estos signos porque no los interpreta tan fácilmente. Si tiene dudas sobre alguna interpretación o gesto, pregunte directamente a la persona para aclarar la comunicación.

– Participar en actividades con amigos puede resultar bastante difícil o desagradable para los autistas, sobre todo si implica estar en lugares con mucha gente y con muchos estímulos sensoriales. No presiones a la persona para que haga algo que no le resulte cómodo, respetando siempre sus decisiones. Siempre puedes intentar buscar actividades o juegos en los que puedan participar todos tus amigos, independientemente de sus características, para ser lo más inclusivo posible.

– Pueden surgir situaciones de “estimulación”. El “stimming”, que puede caracterizarse por la aparición de diversos comportamientos repetitivos (agitar las manos, caminar de puntillas, oler un objeto), puede ser una forma de reducir la ansiedad, mantener la conciencia corporal, ayudar a la concentración o hacer frente a sensaciones o emociones abrumadoras. Si esto ocurre delante de ti, no juzgues a la persona ni la obligues a dejar de hacerlo. Este comportamiento surge por una razón y cuando intentas detenerlo, puede desencadenar ansiedad y frustración, y la persona puede no sentirse aceptada y respetada.